domingo, 30 de diciembre de 2012

PRAGA: visita a un monasterio benedictino.


El monasterio de Emauz
Situado al sur del centro histórico de la ciudad de Praga (República Checa) y muy cerca al río Moldava (Vltava) se encuentra el monasterio benedictino de Emauz, erigido en el s. XIV. Las torres, y una buena parte de la nave de la iglesia fueron destruidas en uno de los bombardeos aliados en febrero de 1945. La restauración del monasterio se llevó a cabo en los años sesenta dándole el aspecto actual. Los frescos que se conservan en los muros interiores del claustro son representativos de la mejor pintura gótica europea y la desnudez de la iglesia -donde destaca por su soledad la imagen de la Virgen de Montserrat traída a principios del s. XVII por unos monjes españoles-  fue un gratificante contraste tras contemplar la exuberancia decorativa de la iglesia barroca de los jesuitas, situada a unos centenares de metros. La visita de este monasterio acabó siendo una muestra significativa de la historia de la ciudad de Praga, de la república Checa y, por extensión, de la historia contemporánea europea.  
 
Los fracasados intentos de contentar a Hítler, concediéndole en 1938 la anexión de los territorios checos con presencia de población alemana (Sudetes), y las presiones posteriores sobre la debilitada Checoslovaquia, acabaron con la experiencia democrática de la joven república, formada tras la Primera Guerra Mundial. El dominio nazi culminó con la creación del Protectorado de Bohemia-Moravia en marzo de 1939. Reinhard Heydrich, el nazi perfecto, fue nombrado Reichsprotektor de Bohemia-Moravia y, haciendo honor a su aversión a todo lo checo, persiguió y asesinó  a numerosos intelectuales nacionalistas. Decenas de miles de ciudadanos checos fueron deportados o internados en diferentes campos nazis y por las mismas causas que encontramos en el resto de Europa. Bajo el mandato de Heydrich los judíos checos fueron deportados masivamente y diezmados: la mayoría fueron asesinados en Auschwitz, o en campos establecidos en propio territorio checo, como lo fue el campo de tránsito de Terezin.

La comunidad benedictina de Emauz estaba dirigida desde septiembre de 1925, por su abad, Arnošt Josef Vykoukal un teólogo y profesor nacido en la localidad de Žernovce, en mayo de 1879, que se había formado en la Universidad de Praga y ordenado en noviembre de 1906; posteriormente cursó estudios en la Universidad de Lovaina e Inglaterra. Antes de ser elegido abad, había sido el prior administrador del monasterio y había destacado por la defensa de los valores nacionalistas checos, convirtiendo el monasterio de Emauz en un centro de difusión de la liturgia en lengua eslava. En aquel contexto de persecución generalizada, la Gestapo detuvo a varios monjes en julio de 1941, la comunidad fue disuelta y la Cruz Roja Alemana se instaló en las dependencias del monasterio. 

Arnošt Josef  Vykoukal
El abad Vykoukal fue obligado a retirarse a la ciudad de Pilsen, situada a unos 90 km. al oeste de la capital, prohibiéndosele cualquier contacto con otros monjes del monasterio. Allí fue apresado y deportado al campo de Dachau, junto a otros monjes del monasterio, donde ingresó el 7 de agosto de 1942 bajo la categoría de “prisionero Checo” y se le adjudicó la matrícula 33663. El abad  tenía 63 años, una edad avanzada para soportar las condiciones del campo nazi, lo cual puede explicar su fallecimiento el 10 de septiembre, tras un mes de permanencia en Dachau.

El caso del abad Vykoukal es un ejemplo de los clérigos perseguidos por mantener una postura crítica con los todopoderosos nazis. Una sencilla fotocopia, sobre un tablón informativo en el vestíbulo del monasterio, nos ha servido de guía para conocer un caso más de lo que fue la persecución hacia todo lo que pudiese significar un obstáculo a los propósitos pangermánicos totalitarios de Hítler y su seguidores. 

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Al finalizar la Segunda Guerra Mundial la comunidad benedictina de Emauz se volvió a reunir pero pronto llegaron los problemas. Como sabemos, el territorio checoslovaco quedó bajo la demarcación soviética y acabó instaurándose una dictadura que acabó con las aspiraciones democráticas de una buena parte de la población. La comunidad benedictina fue disuelta, sus miembros se exiliaron en Italia y el nuevo abad, el prior P. Marian Schaller,  fue detenido y falleció en la cárcel como consecuencia de las torturas a las que fue sometido por la policía estalinista. Los benedictinos regresaron al monasterio en 1990, tras la caída de los regímenes comunistas del este de Europa.

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